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Se conoce como presión arterial  la presión que ejerce el corazón sobre las arterias para que éstas conduzcan la sangre hacia los diferentes órganos del cuerpo humano.. La presión máxima se obtiene en cada contracción del corazón y la mínima, con cada relajación. Con la hipertensión, se ejerce una resistencia mayor sobre el corazón, aumentando su masa muscular.  Se considera una tensión elevada si da valores por encima de 140/90mmHg (en diabéticos 130/80mmHG).

Existen situaciones en las que la presión arterial puede elevarse de forma transitoria, un esfuerzo físico, un cambio de temperatura (el frío), emociones fuertes, el dolor o el miedo. Hablamos de hipertensión cuando se detecta de forma crónica y continuada.

Una tensión arterial elevada de forma permanente, las arterias acaban sufriendo daños, como pueden ser problemas cardíacos (infarto, angina o insuficiencia cardíaca), renales (una insuficiencia que, en algunos casos, puede acabar en diálisis) y cerebrales (hemorragia o infarto cerebral y, a la larga, demencia).

Cuando a la hipertensión se añaden otros factores de riesgo cardiovascular como el colesterol elevado, el tabaquismo o la diabetes, las posibilidades de complicaciones cardiovasculares no se suman sino que se multiplican.

¿Cómo se puede prevenir y tratar la hipertensión arterial?

  • Medición de la tensión arterial periódicamente. Si esta es elevada, han de consultar a un profesional sanitario.

          Hay ciertas condiciones que deben cumplirse para medir correctamente la tensión arterial:

- Hay que estar cómodamente sentado durante al menos 5 minutos.

- No haber hecho ningún ejercicio físico previo ni haber sufrido ninguna situación de angustia, estrés o  nervios.

          - No haber fumado, tomado café ni bebido alcohol 30 minutos antes.

          - El brazalete debe estar a nivel del corazón.

          - La temperatura de la cámara debe estar en torno a los 21º y no debe haber ruidos ambientales.

- La Tensión Arterial sigue un ritmo circadiano, tiene un máximo a las 4-5 de la tarde y un mínimo a las 5-6 de la madrugada.

          - No haber comido de forma abundante por lo menos una hora antes.

- No estar físicamente agotado ni cansado.

  • Dieta saludable, reducir la ingesta de sal a menos de 5 g al día (algo menos de una cucharilla de café al día), comer cinco porciones de fruta y verdura al día, reducir la ingesta total de grasas, en especial las saturadas.

  • Realizar actividad física de forma regular al menos 30 minutos al día.

  • Mantener un peso normal, cada pérdida de 5 kg de exceso de peso puede reducir la tensión arterial sistólica entre 2 y 10 puntos.

  • Evita el consumo de tabaco y alcohol.

  • Gestionar el estrés, por ejemplo mediante meditación, ejercicio físico adecuado y relaciones sociales positivas.

  • Si ya tienes un tratamiento farmacológico con fármacos hipertensivos, aunque la presión arterial se haya normalizado no hay que dejar de tomar nunca la medicación. Cumplir estrictamente el tratamiento e intentar mantener siempre el horario de ingesta de las pastillas y consulta al doctor si el tratamiento no obtiene resultados.

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