¿Qué sabemos de las enfermedades cardiovasculares?
Las enfermedades cardiovasculares son todas aquellas enfermedades que afectan al corazón y a los vasos sanguíneos (arterias y venas). Las más conocidas son el infarto de miocardio o la angina de pecho, los ictus, la insuficiencia cardíaca, la arteriopatía periférica o la fibrilación auricular.
Por eso es muy importante su detección, su tratamiento y su control.
¿Qué factores influyen en nuestro riesgo cardiovascular?
LA EDAD, LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL, EL COLESTEROL, LA DIABETES, LA OBESIDAD, EL SEDENTARISMO ...
La edad es un factor de riesgo en sí mismo, por lo que la posibilidad de tener una patología cardiovascular aumenta de forma directamente proporcional a los años.
La Hipertensión arterial. Es aconsejable mantener una tensión arterial por debajo de 140/90 mmHg. Una tensión arterial elevada de forma permanente, las arterias acaban sufriendo daños, como pueden ser problemas cardíacos (infarto, angina o insuficiencia cardíaca), renales (una insuficiencia que, en algunos casos, puede acabar en diálisis) y cerebrales (hemorragia o infarto cerebral y, a la larga, demencia).
El Colesterol elevado. Es aconsejable mantener un colesterol total por debajo de 200mg / dl.
Un nivel de colesterol elevado en sangre puede acabar depositándose en las paredes de las arterias produciendo aterosclerosis, una grave complicación que se caracteriza por el estrechamiento o endurecimiento de los grandes vasos sanguíneos. Si no se trata puede contribuir a la aparición de un ataque cardíaco o un ictus.
La Diabetes. Los niveles normales de glucosa (azúcar) en sangre son de 60 a 110 mg / dl. Una diabetes no controlada puede afectar la calidad de vida del diabético, enfermedades cardiovasculares, insuficiencia renal, infartos cerebrales, ...
La Obesidad. La alimentación es un pilar fundamental para mantener la salud cardiovascular, llevar una alimentación variada y equilibrada, consumiendo alimentos bajos en calorías para mantener un peso ideal.
La obesidad se asocia a numerosas enfermedades graves, entre otros: la diabetes, la hipertensión arterial, la apnea del sueño, etc ...
La Vida sedentaria. La práctica habitual de ejercicio físico o deporte de intensidad moderada, adaptado a su edad y condición física es siempre beneficiosa para la mayoría de las personas, influye positivamente en la adopción de otros hábitos de vida saludable, como son la disminución del consumo de tabaco y alcohol.
La prevención y la detección precoz son muy importantes para minimizar el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular.